Lección de anatomía del beso

El cóctel químico que un beso desencadena (se genera dopamina, se genera estrógenos y testosterona, en definitiva, que sentimos algo parecido a la alegría) termina por afectar a las pupilas, que se dilatan, así como la respiración, que se vuelve profunda.

"Usted tiene la brujería en sus labios."

- Shakespeare.

¡¡BOOM!!

Cuanto más duras seamos mejor afrontaremos los golpes, porque lo importante es levantarse después de caerse.

¿Sentido?

Y llegaron los días... Todos tenemos esos días en los que nos pasa algo y no sabemos lo que es y es,en ese momento, cuando comienza el repiqueteo en pecho, el cual no te deja olvidar que algo sucede. Una de las palabras que va ligada a la vida es el sentido. ¿Una vida sin sentido? La respuesta de esta pregunta es más que sencilla, todos deberíamos poder despertarnos por la mañana pensando que es nuestro momento. Esa sensación es la que nos hace saber que estamos viviendo, que no tendremos problema para poder comernos el mundo y sin pensar en las calorias. Pero muchas veces esos momentos tardan en llegar y una se tiene que resignar a llenar día tras día la taza de café hasta que llegue la fecha en la que se la llenen.

Oía como a través de la habitación se colaba la asombrosa melodía la cual mi vecino, que parecía tan interesante pero a la vez tan reservado, hacía sonar con las maravillosas cuerdas de su guitarra azul. Y cuando digo azul, no me refiero a cualquier tipo de azul, era un azul mágico, un azul que con solo mirarlo conseguías perderte en lo más profundo del océano y te transportaba a una extraña sensación de paz que nunca había logrado experimentar. Cada vez que salía del piso doce yo me acercaba a la ventana para poder ver su maravillosa sonrisa y su pitillo a medio encender, impreganaba las paredes de mi casa con un suave aroma a café y a tabaco barato, sin embargo a mi me parecía uno de los aromas más espectaculares del mundo pero, si tenía que quedarme con algo de él no era ni con su boca, ni con su pelo y ni incluso con las tímidas sonrisas que me dedicaba cada vez que nos cruzabamos en el pasillo sino con sus ojos, sus ojos eran los más bonitos que había visto en mi vida, al igual que su guitarra eran azules, un azul que nunca antes

había visto, un azul que cada vez que te perdías en ellos el aire se te escapaba de la garganta como si fuese tu último suspiro.

Le gustaría llevar flores, flores en su pelo.

La rutina se adormecia en la comisura de su sonrisa y ya no sabía porqué sonreir pero lo hacia. Pensaba que la vida algún día cambiaría y que al levantarse no sentirá ese nudo en la garganta. Así que ya no le gustaba cantar, ya no quería escuchar las cuerdas de la guitarra, no le apetecía pintar ni salir a la calle a pasear. Lo único que ella quería era despertarse y sentir, sentir lo que nunca había sentido. 

Quiero que caiga una droga del cielo.

Me gustaría saber porque llevo escribiendo tanto días sobre el amor y, sobre todo, porqué he escrito tanto. Hay motivos por los que escribir mucho más importes que el amor, pero él siempre se lleva el protagonismo, nada más hay que mirar a nuestro alrededor, canciones, películas, libros... Y más. Y es que, mientras nosotros estemos bien qué más da si en el mundo se cae a pedazos, creo que el amor es muy bonito, demasiado, pero no hace que la vida esté completamente llena. Sinceramente pienso que necesitamos hacer algo, pero no solo algo por nosotros, sino algo con lo que consigamos que este mundo, el cual está infectado por una gran plaga de bichos que lo único que hacen es comerse lo que aún no se ha infectado, cambie de una vez por todas. Muchos queremos cambiar este mundo tan feo y respirar, porque necesitamos un lugar donde mandar la mierda que nos sobra para que los que realmente se merecen ser felices por fin lo sean. Es hora de que se jodan otros.